23 agosto 2007

De la buena vecindad y el cariño mal entendido



No se puede andar con una linterna encendida en medio de personas encegadas por mor de una *sombra alargada, férrea, tirana casi, oscura, muy oscura.Y dura, por muy sombra que sea.


La luz les molesta.

*amistad
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A raíz de esta reflexión, busqué un poema, me ayudó un buen amigo, de hecho le pedí lo hiciera porqué sabía que él me entendería y encontraría las palabras adecuadas que reflejaran lo que yo quería expresar. Y así fué, lo encontró, un poema de Francisco Simões , tuvo la amabilidad de traducírmelo.

Aquí está:

CANTO PRA LIBERDADE

Eu tinha um bom vizinho
Que se dizia muito feliz
E que amava os passarinhos.

Orgulhoso, me trouxe pra ver
O que ele dizia ser
A razão da felicidade
De sua bonita avezinha,
Uma pequena gaiola
Toda dourado por fora
E por dentro só quem sabia
Era o tal do passarinho
Que cantava todos os dias
Para a imensa alegria
Do meu bom e feliz vizinho,
Que também tinha um cachorro.

O cão que nunca cantava,
Mas ladrava pra cachorro,
Até por temperamento
Se lhe dessem o alimento
Todos os dias, certinho,
Com o habitual carinho,
Fazia até brincadeira
Com sua feia e triste coleira.

O cachorro era feliz
Tal qual o meu bom vizinho
Que insistia em dizer
Que seu bonito passarinho
Era feliz por viver
Naquela prisão dourada.

Não adiantava nada
Eu tentar contradizer.

Numa certa madrugada,
A feliz e aprisionada
Vida do bom passarinho
Alcançou a liberdade
Se esvaindo devagarinho
Da bela gaiola dourada.

Meu bom, e agora triste, vizinho
Lamentou sua amarga sorte
E pôs a culpa da morte
Do seu lindo passarinho
Na ... inveja da vizinhança!

E pra completar a lambança,
Ditada pelo orgulho ferido,
Se fez de vítima, agredido,
E descarregou sua indignação
Em quem lhe estava mais à mão:
O seu pulguento mandrião.

É, mas se o meu bom vizinho
E seu preguiçoso cachorro
Um dia aprendessem a voar
Saberiam que o passarinho,
Quando se punha a cantar,
Estava era a pedir socorro.

Francisco Simões.

Su traducción, que ignoramos ambos si es acertada, es seguro que refleja exactamente la intención que yo buscaba:


CANTO POR LA LIBERTAD


Yo tenía un buen vecino
que decía ser muy feliz
y que amaba los "passarinhos".

Orgulloso, me trajo para ver
lo que él decía ser
la razón de la felicidad
de su bonita avecilla,
una jaula pequeñita
toda dorada por fuera
y por dentro solo quien lo sabía
era el tal pajarillo
que cantaba todos los días
para la inmensa alegría
de mi bueno y feliz vecino,
que también tenía un cachorro.

El perro que nunca cantaba,
tanto ladraba por cachorro
como por temperamento
y si le diesen alimento
todos los días, por cierto,
con habitual afecto,
hacía incluso "brincadeira"
con su cola triste y fea.

El perro era feliz
tal cual mi buen vecino
que insistía en decir
que su pajarillo bonito
era feliz por vivir
en aquella prisión dorada.

No avanzaba nada
mi intento de contradecirle.

En un cierto amanecer,
la feliz y aprisionada
vida del buen pajarillo
alcanzó la libertad
Se evaporó poquito a poco
de la hermosa jaula de oro.

Mi buen, y ahora triste, vecino
lamentó su amarga suerte
y puso la culpa de la muerte
de su lindo pajarillo en…
¡envidia de la vecindad!

Y para completar el desatino,
dictado por el orgullo herido,
se hizo de víctima, atacado,
y descargó su indignación
en quién tenía más a mano:
Su pulgoso holgazán.

Pero, si mi buen vecino
y su perezoso cachorro
un día aprendiesen a volar
sabrían que ese pajarillo,
cuando se ponía a cantar,
estaba pidiendo socorro.


Un cariño desmedido, una amistad que puede llegar a tiranizar, sentirse maniatado por ello, puede devenir doloroso y lacerar y terminar actuando como el felíz dueño del pajarillo muerto, hacer pagar su indefensión, indignación y amargura con quien tiene más a mano sin valorar si éste le hace compañía, le quiere o le es leal. Por muy pulgoso que sea.